El inicio del año escolar trae mayores preocupaciones para los padres y una de estas inquietudes -muchas veces producto de las odiosas comparaciones-, está relacionada con la talla de sus hijos.
Por ello, es fundamental que los padres de familia sepan que la talla no solo está determinada por la carga genética, sino también por factores ambientales como buena nutrición y cantidad de horas de sueño. Según el Dr. Max Acosta, médico endocrinólogo del Instituto Peruano. La talla final del niño depende en casi un 80% de la carga genética, pero los factores ambientales pueden modificarla, por lo que es importante que los padres cuiden estos factores (además de nutrición y horas de sueño) como: correcto funcionamiento del sistema endocrino, el afecto de los padres y las enfermedades que sufren o hayan sufrido los niños. “Los factores ambientales pueden influir o modificar la talla final del niño que está determinada genéticamente”, subrayó. En opinión del médico especialista la infancia es la etapa crucial en el crecimiento del niño, ya que es la etapa del proceso biológico que no solo representa un incremento del tamaño del cuerpo, sino que conlleva a una maduración progresiva de todos los órganos y sistemas que conduce al individuo a adquirir una capacidad funcional completa. “El crecimiento es un proceso que se inicia con la fecundación y culmina entre los 18 y 21 años con la maduración de los órganos y sistemas, y el cierre de los cartílagos de crecimiento.